Frente a ese golpe de efecto en el urbanismo de Santa Cruz, donde ya se aprecian los efectos de la nueva configuración del gobierno municipal y las ganas por cambiar la historia, en Las Palmas de Gran Canaria se vuelve a las andadas. Con la llegada del PSOE, en 2007, uno de los más poderosos técnicos del ayuntamiento, el urbanista José Setién, autor del Plan General y del urbanismo más condenado judicialmente de la historia de la ciudad, fue recluido a tareas exclusivas del departamento de Vivienda. Pero con el regreso del PP, el funcionario ha recuperado el poder urbanístico que poseía con Pepa Luzardo, reforzado ahora con lo que en el mundillo se conoce como “las tres firmas”. Es decir, que Pepe Setién tendrá a partir de ahora el poder absoluto sobre el diseño del planeamiento, sobre la ejecución del planeamiento y sobre el control del planeamiento. Seguramente tardaremos un poco en apreciar los efectos de tanto poder urbanístico en unas solas manos, porque los derivados de las etapas anteriores tardará años en pagarlos la ciudad. Atentos a las sentencias que están al caer.