La verdad es que, no sabemos por qué, pero poco caso se hace a este ejemplar de la política canaria que emergió de la nada por la natural condición de hermanísimo del entonces alcalde y presidente del PP, José Manuel Soria. Hablamos de Luis Soria, claro, que pasó a ser director de Trasmediterránea de Canarias por su contrastada capacidad para flotar y ahora es consejero de Industria, Comercio, Nuevas Tecnologías y estarse Kioto. Sin embargo, ese pedazo de político y su equipo se han lanzado en plancha a concursar con numerosos proyectos en el mes de agosto pensando que podrían hacer algo antes de que el barruntado cambio político en el Gobierno canario les deje en la calle. Así tenemos, por ejemplo, que quieren implantar la banda ancha en las Islas (PRAI: Programa Regional de Acciones Innovadoras de Canarias), por una purriada de millones. O sacar adelante, antes del 31 de diciembre, el portal de administración electrónica canarias.es por 250 millones de las antiguas pesetas, tras paralizar y dar la patada al plan canario canariasdigital) en el que el Gobierno canario ha gastado su pasta gansa. El profesor Luciano Parejo ya escribió una vez sobre el particular: “la necesidad vital de muchos políticos de arrasar con proyectos de sus antecesores”.