Mercedes Roldós se pilló los dedos en un par de ocasiones en su alegato antisocialista, que fue en lo que consistió su rueda de prensa de este martes. Entre otras cosas descalificó el informe nacional hecho público por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que colocaba a la sanidad canaria a la cola en los niveles estándares de calidad. Roldós dejó caer, con la mala uva que le caracteriza, que el tal informe venía a ser una especie de confabulación socialista a mayor gloria de los primeros patinazos del ministro Bernart Soria. Pero de los datos del informe sólo salvó uno, el que se refiere a asignación estatal por habitante y año, un indicador en el que se entretuvo para volver a culpar a la inmigración de los bajos niveles de calidad de la sanidad canaria. Era inconsciente la consejera de que diez minutos antes ella misma había dado un dato objetivo que refrendaba la baja calidad da la sanidad canaria: tenemos tres aceleradores lineales de oncología radioterápica cuando deberíamos tener ocho. Y la culpa no es de ZP, en sus propias palabras.