Pablo Matos no va a contar con el apoyo de Cristina Tavío, presidenta insular de Tenerife, que se reserva para mejores ocasiones; ni con el aspirante a moverle la silla a la niña Tavío, Ángel Llanos, que está entregado a Soria hasta límites vergonzosos. Pero cuenta con el respaldo de Domingo González Arroyo, que desde Fuerteventura quiere iniciar la reconquista del PP al precio que sea, y ya se sabe que cuando se habla de precio y cerca anda el marqués, es que hay precio. En Gran Canaria, Larry Álvarez podría ser el principal respaldo a la iniciativa de Pablo Matos porque el que fuera ojito derecho de Soria se ha convertido en un outsider que sabe perfectamente que con el señorito en el machito no vuelve a tocar poder en su puñetera vida. No le queda otra a Álvarez, que tratará de hacer acopio de descontentos, que los hay, aunque con más miedo que ganas de cambiar las cosas.