Hay cosas que pasan en este Gobierno de Canarias que esperamos poder leer con todo lujo de detalles en algunas memorias de sus protagonistas. Hoy les acercamos, tanto aquí como en nuestro Editorial, el caso de los 40 millones de euros que estaban asignados para la regasificadora de Arinaga y que, al no ser útiles de momento, iban a ir a parar a la Autoridad Portuaria de Las Palmas con el objetivo de reorganizar el plan de obras, tan dañado tras la tormentosa gestión de Arnáiz. Pero, al saber de esos dineros, el presidente Adán Martín trató de llevarse la mitad para el puerto de Granadilla, que sigue sin tener garantizada su financiación. Hasta ahora creíamos que el reparto se evitó gracias a una eficaz gestión entre Mariano Navas (presidente de Puertos del Estado) y Emilio Mayoral, pero no. Mayoral estaba de viaje esos días, y los ecónomos del PSC, como siempre, en Belén con los pastores. Lo vino a evitar Mauricio, lo que ponemos en público conocimiento porque lo que es del consejero, para el consejero.