Habría que rebuscar mucho para encontrar una carta tan dura dirigida por una patronal agraria contra el presidente de una autonomía y la responsable del sector. La dirigida el pasado 22 de junio a Paulino Rivero y a Pilar Merino por la COAG tiene pocos antecedentes y viene provocada por lo que esa organización agraria considera “la mayor estafa al sector de los últimos 25 años”. Tal estafa tiene que ver con los fondos que Canarias debió aportar hace algunos meses al POSEICAN para hacer factible la subvención que, en el mismo sentido, ya había comprometido la Unión Europea. Fondos que, como habrán colegido ya, no se consignaron debidamente ni en los presupuestos de 2009 ni en los de 2010, lo que ha acabado con la paciencia de los agricultores, ese sector que Rivero Baute y Merino Troncoso dicen mimar con tanto celo. En la carta de la COAG, firmada por su presidente regional, Rafael Hernández, se recuerda a ambos políticos cómo el 17 de marzo pasado, “casualmente la semana antes del debate del Estado de la Nacionalidad, el presidente se reunió en Gran Canaria con un nutrido grupo de representantes de los diferentes sectores agrícolas y ganaderos para anunciarnos que el Gobierno de Canarias ya tenía presupuesto para afrontar el pago del conjunto de ayudas del POSEI”. Pues leche de cacharro.