Se quejan algunos empresarios, políticos y ciudadanos en general de que en Gran Canaria no salgan adelante los grandes proyectos que, por el contrario, prosperan en otras islas. Les proponemos un ejercicio sencillo al final del cual llegarán a la misma conclusión que nosotros: todos pinchan por alejarse de la legalidad e instalarse en la trapisonda. Si no nos creen, les invitamos a que revisen con nosotros los siguientes ejemplos: La Gran Marina (nulo de pleno derecho, según el Consejo de Estado), concurso eólico (Soria quiso dárselo a su casero y lo descubrimos), implantación del gas (el Gobierno sólo invita a los empresarios amigos), Anfi Tauro (Soria acepta viajar en el jet privado del empresario promotor), Estadio Insular (Soria contraviene la protección que él mismo otorgó), Icfem (varios empresarios y sindicalistas listillos defraudan millones de euros), El Corte Inglés (sin concurso ni pública concurrencia, se pretende una excepción a la ley de comercio en San Bartolomé de Tirajana). ¿Teníamos que habernos callado por la grandeza de Gran Canaria?