Si es que no pueden dejarnos contentos del todo. Miren que saludamos el buen hacer de la Concejalía de Policía de San Bartolomé de Tirajana por aplicar con rigor la ley que lleva a cerrar los locales nocturnos que se pasan de la raya. Pero, hete aquí que al golpito, como el que no quiere la cosa, la laxitud vuelve a reinar en esos sures cuando de bares de copas se habla. Los que saben qué se cuece por allí, aseguran que la culpa es de un cóctel de cuya elaboración sólo sabemos que requiere de dos cerezas y cuatro dedos de poder político. Dicen los mencionados expertos que si rompes la copa que lo contiene, pachan cosas malas, tales como autolesiones que afectan al bolsillo de un edil.