La estrategia desplegada por Guillermo Reyes una vez perdió el poder municipal el pasado 2007, tras un mandato municipal terrorífico para Telde, con dos operaciones contra la corrupción aún en marcha (Faycán y Doramas), ha consistido en denunciar a sus adversarios políticos por delitos inventados y perseguir a los periodistas que se han atrevido a calificar su comportamiento como se merece: impresentable, indecente, inmoral y presuntamente delictivo. Apoyado en un abogado que un día estuvo pagado por el Ayuntamiento y hoy no sabemos por quien, José Mateo Faura, ha promovido las denuncias más exóticas contra políticos y periodistas. Contra los primeros, utilizando las artes más alejadas del buen comportamiento jurídico, y contra los periodistas acusándolos de revelación de secretos por publicar lo que todo el mundo conoce de esa pandilla de salteadores de caminos que arruinaron al Ayuntamiento teldense. A Guillermo Reyes le aplaude el PP y algunos empresarios con muy pocos escrúpulos y muchos intereses en Telde. Particularmente en la costa.