Una matización, pero importante matización. Decíamos ayer en esta misma sección que el auto de la Audiencia Provincial que ordena reabrir la causa por presuntas amenazas al fiscal anticorrupción de Las Palmas, Luis del Río, señala a Mónica Quintana como autora del correo en cuestión. Lo que en realidad recoge esa resolución judicial son las apreciaciones de la Policía, que detectó que el número de teléfono vinculado a la dirección IP de la que salió aquel correo electrónico pertenece a la también imputada en la operación Eolo. Es decir, que la prueba ilegalmente obtenida por la Fiscalía Provincial de Las Palmas de que Quintana era la titular del teléfono ha quedado invalidada, por lo que el juez que ha de empezar de nuevo a investigar quién, cómo, de dónde, cuándo y por qué mandó a Luis del Río aquel correo tan amenazante habrá de empezar a partir del momento en que se detectó que el mensaje fue enviado desde un servidor del periódico Canarias7 por la modalidad de “compartir con un amigo”. Porque así fue como recibió el fiscal anticorrupción el correo amenazante: alguien (aún por identificar) mandó una noticia al correo electrónico de Luis del Río añadiendo el comentario amenazante (“ten cuidado a cruzar Mesa y López...”). Y a partir de ahí la fiscalía se lanzó de manera tan negligente que invalidó sus propias investigaciones.