A estas alturas de la película nos podemos imaginar a los cavernícolas de la teoría del “aquí no ha pasado nada” restando importancia a esas amenazas, que según el auto de la Audiencia Provincial tuvieron como autora a la novia de Celso Perdomo, acusada en la operación Eolo. La Provincia publicaba este domingo el contenido de esas amenazas al fiscal anticorrupción: “Ten cuidado al cruzar Mesa y López. Tú y toda tu familia, sobre todo tu hija, que es bastante despistada”. Siempre según las investigaciones judiciales, ese correo fue enviado a Luis del Río desde el servidor del periódico Canarias7, a cuya empresa editora se requirió para que aportara el número IP de procedencia, que a continuación fue remitido a la compañía de telefonía de la que era cliente el emisor. Y resultó que la titular de la línea era Mónica Quintana, para quien Luis del Río pide una condena de tres años y medio por malversación y cohecho. Pero todos esos datos se obtuvieron sin autorización judicial, mira tú qué cosas, lo que llevó al juez instructor a archivar la causa que ahora se reabre al estimarse parcialmente el recurso de la fiscalía. Esperemos que ahora actúe con un poco más de prudencia, que tanta ansia viva no conduce a nada bueno.