El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La monja que gritó ''¡Jerónimo, Jerónimo!''
La campaña electoral venidera dará para muchas anécdotas, como siempre, como ya las está dando esta larga precampaña de elecciones municipales, autonómicas y, en un adelanto sin precedentes, cuasi generales. Habrá cuentos para todos los gustos, como el que protagonizó en Lomo Apolinario el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra. Al ir a saludar a las monjas de la orden de San Vicente Paúl, que llevan unos pisos tutelados de menores, una de las hermanas se dirigió a Saavedra preguntándole si no se acordaba de ella. El alcalde le dijo que no a la monjita, que tuvo que contar a los presentes los antecedentes, no fuera a ser: “Sí hombre, ¿ya no recuerda aquella noche en que yo estaba en el centro de San Antonio, junto a la iglesia de Santo Domingo, cerca de su casa, y no conseguía conciliar el sueño porque oía unos ruidos y ví unas luces encendidas y una sombra, que yo pensaba que era un ladrón?”. Ah, ¿y fue Saavedra, linterna y escobillón en la mano a socorrerla?, nos preguntamos en medio del recordatorio. Pero siguió la sor: “Entonces yo salí a la calle despavorida, gritando '¡Jerónimo, Jerónimo!” Tensión en el ambiente a la espera del desenlace: “Entonces, unos policías que estaban en un coche por fuera de su casa, salieron y me ayudaron”. Uf, por poco teníamos en Santa Ana un héroe y no nos habíamos enterado. Eran los policías de escolta de un Jerónimo Saavedra que por aquellas fechas era ministro del Gobierno de Felipe González.
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