Pero ocurre que el partido de Mariano Rajoy está dividido en estas cuestiones de moralidad pública y no presenta el monolitismo que desprende la “manu militari” de Soria. Mientras el vasco Alfonso Basagoiti, (el mismo que días antes había sugerido al tesorero del PP, Luis Bárcenas, que dimitiera por el caso Gürtel) ha dado marcha atrás y dice que acusar a Camps por recibir trajes gratis “es una gilipollez”, otros diputados “populares” empiezan a desmarcarse de este feo asunto y no quieren verse envueltos en conductas que ellos no practican. Así, el presidente del PP cántabro, Ignacio Diego, señaló que Barberá había estado «desafortunada» y en la misma línea se manifestó el secretario general del PP madrileño, Francisco Granados, que explicó que la comparación de Barberá no le parece «pertinente». Pero Cospedal, en una entrevista en Castilla y León Televisión, indicó que está segura de que Camps es inocente y, por tanto, que no se podrá probar que ha existido un “cohecho impropio”, una “conducta sancionable como mucho con 2.000 euros”.