La escultura de Sergio Gil ha sido movida dos veces por una retroexcavadora del lugar en el que fue tirada tras el cambio de poder en Telde en 2003, y hay fotos que los atestiguan. Ahora se encuentra en un almacén a la intemperie al lado de las instalaciones de Aguas de Telde, a donde debería acudir -en cuanto pueda- el alcalde-presidente para que vea la calidad técnica de quienes le asesoran. Y de paso, le recomendamos que pregunte a sus asesores si tienen noticia del acta notarial en el que se constata la presencia de la escultura y si saben, por un casual, que el 26 de octubre de 2004 Aguas de Telde recogió un burofax muy aclarativo. En fin, una escultura con retranca.