Se llenó hasta la bandera el salón de actos de la Casa de Colón para arropar la presentación del libro Jaque al Ron, del consagrado experto en la materia (y en otras muchas) Alfredo Martín Amador. Y se llenó de gente muy sabia, no sólo amantes de esta bebida que, a juicio del autor, sufre un desprecio inaceptable por parte de las administraciones públicas, sino también de lo que está padeciendo Canarias. Lo plasmó a la perfección el presentador de la obra, el arquitecto Faustino García Márquez, que bordó un discurso durísimo contra el sesgo pueblerino, pesebrista y falsario que preside tantas cosas en esta presunta nacionalidad. Y del más presunto nacionalismo. Y lo dibujó la maestra de ceremonias, Herminia Fajardo, como igualmente lo ha hecho en el prólogo del libro el siempre genial Pepe Alemán. El público presente abrazó con pasión lo dicho y lo escrito. Y lo festejó del modo que deben festejarse las cosas cuando pintan tan mal: degustando una selección de rones de altísima calidad.