En lo que se endereza la gestión en el Puerto de la Cruz, lo que muchos consideran en estos momentos un milagro, muchos habitantes de la ciudad se han empeñado en apretar al Gobierno de Canarias para que empiece la construcción de un nuevo muelle deportivo-pesquero-comercial. El empeño quiere culminar en una concentración popular ante las casas consistoriales el domingo 30 y luego, dependiendo del resultado, con una manifestación ante las puertas de la sede de Presidencia del Gobierno, donde Paulino Rivero, por cierto, puede que escuche alguna de las lindezas que le dedican, desde una televisión innombrable, los promotores de la concentración y de una recogida de firmas, con postizo de empresarios vociferando al estilo inconfundible marca de la casa. Hay que ver: la ciudad languideciendo y unos cuantos empeñados en buscar el enemigo exterior. O el maná salvador de una obra que tape las miserias.