La elaboración de listas electorales tiene de todo, como cabría esperar de cuestión tan espinosa y humana. En la del Cabildo de Gran Canaria por Coalición Canaria sigue habiendo algunas dudas, planteadas mayormente por el deseo de algunos de mandarse a mudar a otros menesteres, por los resultados de las primeras encuestas y por la aparición en el horizonte de nuevos personajes que quieren pisar moqueta en la Casa Palacio insular. Entre los que quieren/deben marcharse figuran Gonzalo Angulo, María Eugenia Márquez, Ezequiel Ramírez, Tino Montenegro... Flota en el ambiente la duda de lo que hará finalmente Carmelo Ramírez, al que los hados no le son nada propicios en dos direcciones: ni es el elegido para un hipotético pacto de gobierno con Soria, ni es el preferido del electorado, a tenor de las primeras encuestas conocidas. Entre los que quieren entrar en el Cabildo ocupa puesto preponderante Nicolás Ojeda, gerente del Instituto de Asistencia Social y Sociosanitaria, el ente de Mario Hernández Sanginés (otro ente sin par), que se ha cubierto de gloria el último año. Ojeda no se esconde para postularse como sustituto de Sanginés, lo que nos llena a muchos de congoja e incertidumbre. A Ojeda le adorna un piquito de oro, del que han salido estos meses lindezas acerca de los menores (“recuerden que trabajamos con lo peorcito”) y de la oposición, que a su juicio debió pedirle permiso antes de visitar las vergonzosas y tercermundistas instalaciones del hospital psiquiátrico. Le deseamos mucha suerte.