Lo malo que tiene esto es lo bueno que se está poniendo. Sólo faltaba saber que un emisario del vicepresidente del Gobierno llegó presuntamente a ofrecer a un denunciante de una trama de corrupción del PP una pasta gansa para que se quitara de enmedio, callara o, si las cosas se complicaban, avalara la teoría de la conspiración. Así lo ha denunciado Francisco Benítez Cambreleng, el hombre más popular de las últimas semanas en Gran Canaria y parte del extranjero tras difundirse unas grabaciones presuntamente realizadas por otro destacado personaje, éste de mucha más amplia vigencia, nuestro admirado Soriacleto, agente cada vez menos secreto. Con estas últimas revelaciones, a Cambreleng se le reducen considerablemente las posibles opciones: o denuncia de inmediato a Soria y a sus intermediarios por una escalofriante sucesión de delitos o espera en su casa a que aquellos le denuncien a él por calumnias.