Ya puede Sebastián Grisaleña y su equipo criticar duramente las decisiones económicas del Gobierno de Paulino Rivero, por carta o por sms. La condena está dictada y ya ha comenzado su ejecución. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha decretado la muerte cívica del presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, y sus mariachis, prestos a agradar los designios del caudillo, ya se han adelantado con los fastos fúnebres. Los dirigentes de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, mayormente peones de la operación de remoción de Grisaleña, ejecutaron este lunes un feo del que hay que tomar buena nota para mejor proveer. El ministro español, porque español es como españolas son las aguas que baten contra la orilla de nuestras costas, visitaba al pleno de la Corporación cameral, donde se notaba la ausencia de Sebastián Grisaleña. José Sánchez Tinoco y su equipo decidieron no invitar al presidente de la patronal, de modo y manera que no se disgustara ni Soria ni el Círculo de Empresarios, lobby que ultima su desembarco en la CCE a partir de que se abra el proceso electoral previsto para 2013. Hacen todos de coristas del presidente del PP, lo que les convierte en cómplices de la intromisión de la política en el mundo empresarial. Y todo porque, haciéndose eco del sentir generalizado de los empresarios y de la mayoría de los canarios, Grisaleña ha criticado duramente los Presupuestos Generales del Estado. Anda que no van a llover más críticas, más recursos y más rechinar de dientes.