Pero los que realmente están estupefactos con el espectáculo que está dando el PSC son los trabajadores de la casa, una tropa formada por gente que quiere hacer buena televisión y que se encuentra, cada cuatro años, con una nueva desilusión delante de sus narices. Habían escuchado repetidas veces a Zapatero hablar de su nuevo talante para con la televisión pública, propagar la necesidad de que no sea un instrumento al servicio del partido en el poder, sino un medio de comunicación altamente profesionalizado que sirva a los intereses de la sociedad. No debieron escuchar esa parte del mensaje los líderes socialistas canarios, que vuelven a creer que TVE debe estar dirigida por una persona que les deba el cargo, que les haga la pelota un día sí y el otro también, que llene los pasillos de la casa de cadáveres por sus presuntas veleidades con el partido perdedor, y que manipule el medio con la naturalidad con la que lo hizo el PP. Lo dicho, Zapatero tiene que hablar más alto, a ver si se enteran.