El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Obras son desamores
Inmerso en unas obras que parecen interminables y que en la mayoría de los casos van en contra de la pura lógica, el Insular funciona cada día por el tesón y la vocación de sus profesionales, tanto médicos como de enfermería, de administración y de servicios. Aman a su hospital porque muchos de ellos han vivido entre sus paredes las vicisitudes de su evolución, desde su pertenencia al Órgano de Gestión de los Servicios Benéfico Sanitarios del Cabildo, hasta su efímero paso por el Insalud y su actual dependencia del Servicio Canario de Salud. Han visto buenísimos gerentes, como la hoy consejera Mari Mar Julios, y otros de ingrato recuerdo para todos esos profesionales. El área sur sanitaria, a la que atiende, soporta casi el doble de la población de hecho que depende del área norte, cuya cabeza de puente es el hospital Doctor Negrín. Y, pese a ello, el Insular sigue siendo la hermana pobre de la sanidad grancanaria.
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