La cámara instalada en las dependencias de Sanidad no estaba incrustada dentro de la máquina del café, como algunos funcionarios han dicho, ni era una cámara oculta. Su presencia era evidente porque es de las que se instalan en las oficinas bancarias. Además, y dado que se trata de dependencias públicas y no de un lugar íntimo (servicios o vestuarios), la ley avala su instalación. El mismo día en que la cámara se puso en marcha se dejó grabando en pruebas desde las tres de la tarde hasta las siete de la mañana. La sorpresa de los responsables del vídeo fue total al comprobar a la mañana siguiente que se había grabado una presunta agresión sexual a la limpiadora.