Lo que pretende el Parlamento (o al menos lo que pretenden los que moverán a los diputados hambrientos este miércoles), no es atender una obra de interés general, sino conceder una ventaja para los activos de esas empresas, una operación de ingeniería financiera que a algunas de sus señorías seguro les costará entender. Parece increible que entre un par de manipuladores tramposos, al más puro estilo de los clanes mafiosos, hayan podido soliviantar la vida política canaria en favor de una o varias empresas que no pueden o no quieren empezar a construir camas y aprietan para obtener otras que se dicen de interés general. ¿Es tanto el interés general que, teniendo licencia, no construyen pero son capaces de crear una crisis política para tener más en la buchaca?¿Depende de estas camas sobre el papel el futuro de Anfi Tauro? ¿Quieren vender Anfi Tauro con la sangre política derramada en el Parlamento de Canarias?