Lamentablemente no es la primera vez que toca avergonzarse de la vicepresidenta que hemos tenido que padecer en estos cuatro años de legislatura autonómica. Su nulo liderazgo político, su ineficaz gestión al frente de una cada vez más caótica Consejería de Sanidad, su incapacidad para sacar adelante lo menos exigible en un cargo ejecutivo pasarán a la historia de esta comunidad. Parece natural el encefalograma plano dado el referente más cercano que ha tenido, Adán Martín, que esa es otra. Pero no es esta de las mentiras en sede parlamentaria la única bobería que le hemos visto hacer a este portento de política. Recordamos el papelón cuando acudió en nombre del Gobierno a copresidir los fastos de inauguración de la exposición de maquetas del fenecido, anulado e ilegalizado proyecto de La Gran Marina. Debe ser que todavía anda encandilada con los flashes y le encanta quedar bien con José Manuel Soria. Estará pensando que será su próximo vicepresidente, y ya se sabe cómo son de arrastrados algunos para seguir en el machito.