El editorial de este martes de don Pepito, unido a los apasionados artículos de sus dos amanuenses de cabecera, Ricardo Peytaví y Andrés Chaves, no dejan lugar a interpretaciones: la consigna clara es arremeter contra Coalición Canaria, y particularmente contra Paulino Rivero, Ana Oramas y Ricardo Melchior. Las imprecaciones continúan subiendo de tono a medida que el intrépido editorialista comprueba que nadie le hace puñetero caso en Coalición Canaria, por mucho que algunos de sus más destacados líderes municipales se constituyan solemnemente en su despacho a rendirle los honores de ordenanza y a prometerle que volverán a proponerlo para Premio Canarias de todas las disciplinas, incluida la de los Coros y Danzas, modalidad de próxima creación para una única edición dedicada a su excelsa y regia figura. También ha subido de tono don Pepito el catálogo de males que desea para Paulino Rivero. Como continuación a una mención sobre el uso de los helicópteros presidenciales, el editor escribe: “No nos extrañaría nada que se produjese una reacción violenta de la gente (?) No sería el primer país africano en el que un dictador es linchado, porque (?) somos un país pacífico, pero hasta en los países más pacíficos la gente termina por cansarse”.