Estén atentos a Emalsa porque la ex alcaldesa Pepa Luzardo se ha propuesto muy seriamente aguar la fiesta (nunca mejor dicho) a sus propietarios privados. Ya saben ustedes que la empresa mixta de aguas de Las Palmas está participada en un 34% por el Ayuntamiento aún contra el deseo de Luzardo, que quiso venderlo todo sin éxito por la vía de FCC. Pero ahora le ha entrado el furor controlador y se ha puesto a lanzar sombras de duda sobre la gestión de la compañía, apuntando en particular hacia Saur, la empresa francesa que tiene un 33% del capital social. El representante de esa compañía en España, Rafael Bravo de Laguna, es muso de Pepa porque fue el único que presentó recurso contencioso-administrativo contra aquel escándalo de Isolux, recurso que se vio obligado a retirar por las amenazas que recibió de la entonces alcaldesa. Es curioso, cuanto menos, que el PP se fije en la gestión de un servicio esencial donde no ha hecho otra cosa que encharcarla.