Muy comentada la primera aparición parlamentaria de Pepa Luzardo desde que es alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria. Se apalancó en la tribuna de autoridades del Parlamento regional en el sitio preferencial, ahí, con garbo y tronío y por derecho: ninguna autoridad de mayor rango le reclamó que se moviera. Ni a ella ni a ninguna de las dos damas que la flanqueaban, la diputada por Santa Cruz de Tenerife Ofelia Reyes y la presidenta del Comité de Amistad de Canarias con el Condado de Miami-Dade, Silvia Unzueta. A Pepa Luzardo se la veía en su salsa, repartiendo besos y abrazos, incluso con el alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, que ocupó puestos más discretos en el protocolo pero que no se perdió ni media de lo que pasaba.