El acto tuvo todos los ingredientes propios del carnaval, incluidas las soflamas destinadas a calentar al respetable, en el buen sentido del término. Sólo que en esta ocasión tales expresiones no fueron dirigidas contra la pérfida Canaria, de donde proceden todos los males del Chicharro (al decir de don José), sino contra un periodista del periódico de referencia del tinerfeñismo más soberanista y olé. Un portavoz de la murga Ni Pico Ni Corto, identificado como Ángel (no confundir con Ángel Llanos, por favor), dijo que esa agrupación carnavalera rechazaba “la manipulación realizada a todo el Carnaval y a las murgas en particular por el empleado del periódico El Día Humberto González Armas”. No le llamaron periodista, quizás porque consideran denigrante la palabra “empleado”, y ya le advirtieron con que lo van a distinguir con el título de persona non grata. Felicitamos a nuestro compañero por el mérito contraído y le animamos a que se marque unas coplillas y entre también en el baile.