Quien figura como adjudicatario en ese sector de hamacas sentenciadas (también lo es de otros) sólo responde en parte a quienes realmente se llevan el beneficio de los tres euritos por tumbarse al sol majorero. Es un negocio que puede estar dejando limpios de polvo, paja y control más de 100.000 euros cada mes -todo un sobresueldazo en estos tiempos euribóricos-, frente a un Ayuntamiento que acumula una multimillonaria deuda en torno a los 70 millones de euros. Y que ha sido incapaz de sacar un nuevo concurso de hamacas que actualice las previsiones de 1994, cuando se estimaban unos ingresos anuales de 2,4 millones, a este siglo XXI. El PSOE de Pájara se limita a intentar nuevas prórrogas en las adjudicaciones de hace doce años y, encima, desde que entró a gobernar en 2003 utiliza el muy extraño procedimiento de “venga, estas que eran del Pájara, para tí y después ya hablamos...” sin pliegos correctos que valgan. Se ha limitado a esgrimir las bases del concurso abierto de 1993 para entregar en un negociado a dedo una gallinita de oro a los amigotes. ¡Ay si ZP y JF levantaran el velo...!