Una de las más pesadas herencias que ha recibido el PSOE de los doce años de Partido Popular en Las Palmas de Gran Canaria es el comportamiento de determinados agentes de la Policía Local. Ya les hemos hablado aquí en alguna ocasión de los mil seiscientos, aquella camada de cachorros violentos y tan dados a denunciar a los ciudadanos por alteración del orden público cuando se les lleva la contraria ante sus arbitrariedades y flagrante abuso de autoridad. Y les hemos hablado de la brigada del camión de la basura, un grupo de paisano dedicado al espionaje barato. Los vecinos de la capital grancanaria conocen de sobra la precariedad del cuerpo policial, que no tiene los efectivos necesarios para atender las necesidades de movilidad y de atención ciudadana de primer nivel, lo que debería obligar a replantearse su organización interna. Les exponemos un par de ejemplos de las últimas 48 horas, para que se hagan una idea.