La que se está armando en torno al pozo del Llano de las Brujas de Arucas empieza a dar un poquito de vergüenza ajena. La prohibición decretada por el Ayuntamiento de la ciudad, gobernada por el PP y CC, de informar sobre las exhumaciones e impedir el paso a la prensa, ya ha sido retomada por otros periódicos locales después de que lo publicáramos aquí el miércoles (de nada). A lo comentado por todos falta añadir algunos nombres que completarían las explicaciones de lo ocurrido. El primero de esos nombres es el de Antonio Manuel Jiménez Medina, técnico de la Oficina Municipal de Patrimonio Histórico, arqueólogo que prepara su tesina para el doctorado, y director de la obra de excavación. Jiménez anda como loco por Arucas buscando quién pudo confirmarnos la noticia de que el Ayuntamiento pretendía blindar informativamente el pozo del olvido. Pero hay otras personas que también escriben libros en Arucas, convenientemente prologados por el alcalde accidental, Froilán Rodríguez. En esa situación se encuentran, por ejemplo, Alicia de Jesús Hernández Padrón, directora de la Oficina Municipal de Patrimonio Histórico, y ya doctora, o Juan Zamora Maldonado, secretario de la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas.