Que no hay manera, oiga, que por más que los sesudos estudiosos de diligencias judiciales se empeñen, lo que está en las investigaciones es lo que hay. Y lo que hay, desde luego, desmiente por completo la mano socialista en la trama eólica. Se podrán poner haciendo el pino-puente, interpretando conversaciones banales del modo que quieran, pero cuando se habla de sobornos, de tú llama a menganito y presiónalo, de porcentajes y de participaciones para pagar favores, a las únicas personas que detectamos en la trama son a las del Partido Popular. Porque era entonces del PP Celso Perdomo; lo era Alfredo Briganty, al que Soria llegó a proponer incluso para delegado del Gobierno, y lo era, al menos en cercanía, Chus el de La Caja. Lo era Mónica, lo era la consejería de Luis Soria... En fin, para qué aburrirnos con lo obvio.