Germán Suárez cree que en su cabeza se están personalizando todas las revanchas pasadas, y lo cree de verdad. Se cabrea con Mayoral, pero se cabrea también con lo que en el Puerto se conoce como “los masones” que no vienen a ser otros que los empresarios que él sitúa detrás de Ángel Luis Tadeo, presidente de la Cámara de Comercio, y principal activista de un movimiento empresarial que pretende cambiar el equilibrio de poder que hasta hace muy poco se inclinaba de modo evidente hacia el Puerto de La Luz. Suárez cuenta de momento con el presidente de la Confederación de Empresarios, Mario Rodríguez, que hace frente común con él en todos los foros, pero ni así conseguirá frenar la tendencia que apunta a que se acabaron aquellos felices años en que Luis Hernández hacía y dejaba hacer. Inerza, antes Serviport, es el ejemplo más paradigmático de cómo una empresa que fue de la Autoridad Portuaria, que fue vendida al grupo de Germán Suárez, que copó todos los concursos internos y externos, sea ahora la madre de todas las batallas, la que concentra todas las investigaciones de contrattos ventajosos y no tan ventajosos, la mayoría de duración decenal. Por descubrir hasta se ha descubierto que tiene cinco casetas de cableado que no están legalizadas. Y existen desde la etapa de Luis Hernández.