Ya saben que el imperio de la ley también tiene sus resquicios o defectos; vamos, que no siempre todos debemos cumplir por igual con la normativa vigente. Pero, en estos casos, es recomendable un poquito de dismulo, más que nada para que por aquello del qué dirán. Pues ni eso, oigan. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (ay, qué sería de nosotros sin ellos y de ellos sin nosotros) se empeña en obstaculizar cualquier actividad para dinamizar Mesa y López que, con tanto garbo y salero, promueve la Asociación de Comerciantes de la zona. Que si ojo no me manchen el piso estos graffiteros, unos vándalos por mucho renombre nacional que tengan; que si no me cuelguen carteles en las farolas, a ver si me van a fundir las bombillas con tanto adorno; que si, que no. Un sinvivir, vaya. Y, sobre todo, no me coloque más de un coche, uno, en las ramblas por mucho Skoda Tour que sea, actividades ciclistas incluidas, que estamos en la Semana de la Movilidad Europea y tal y cual, pascual. Pues donde dije digo, ahora digo diego y permito, ni una semana después, que planten un par de coches, dos, de otras tantas marcas comerciales. Siempre ha habido clases, faltaría más.