Precisamente ese propósito, el de desbloquear licencias en Arona, era uno de los más perseguidos por algunas personas que aparecen en el sumario de la Operación Edén, bien como imputados o bien como actores secundarios. El cabo primero de la Guardia Civil José Miguel Rodríguez, apartado del cuerpo por sus andanzas en este asunto, trató de servir de aglutinador de esas reuniones en las que llegó a estar invitado y confirmada su presencia (él dice que no llegó a acudir) el ex delegado del Gobierno José Segura. Pero también estaban el alcalde de Arona y varios de sus concejales, y también estaba el famoso empresario sureño Pedro Suárez. El objetivo era conseguir que el PSOE cambiara su estrategia y pasara de denunciante a cómplice de los imputados, y que acabara por votar a favor de las licencias para sacarlas del atolladero. Pero ni Valbuena ni las presiones y amenazas que recibieron algunos socialistas prosperaron, quizás porque a cada licencia bajo sospecha, el abogado Felipe Campos respondía con una ampliación de la denuncia.