No es el mejor momento para romper el pacto de Gobierno, ni para Soria ni para Adán Martín. Todavía hay demasiados negocios sin cerrar (istmo, gas, casinos...). Cierto que el presidente del Cabildo lo situará todo en el despojo a Gran Canaria, y a los sablazos de Madrid sumará entonces los de Tenerife, que duelen más. El presidente del Gobierno, mientras, sabe que ya no puede contar con el PSOE como socio estable, que a lo más que llegará es a encontrar en él son acuerdos concretos, previa negociación. En las filas socialistas ya es unánime: al Gobierno, de entrada, no, y hasta 2007 ejercerán de oposición -leal, pero oposición- porque los vientos soplan a favor y no hay que dilapidar esa renta. Soria renunciará a su sueño de presidir Canarias, toda vez que se ha alejado mucho el de ser ministro del Reino. Pero no descarten un próximo conchabo con Mauricio que permita convertir esta marcha atrás en un nuevo impulso.