No faltó, antes del Cambalache, el discurso de José Manuel Soria, personaje que, como todos ustedes saben, sintetiza en su persona y en su acción política la regeneración democrática y la defensa de las libertades individuales y públicas, con especial atención al cuidado de los intereses públicos y el buen destino de los dineros que los ciudadanos pagan para ser más felices. Es una pena que tras un discurso tan de orden, las ochocientas personas que acudieron a la inauguración de “La Gran Marisma te espera” escucharan estrofas como ésta: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor/ ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador./Todo es igual./ Nada es mejor,/ Lo mismo un burro que un gran profesor./ No hay aplazaos ni escalafón/ los inmorales nos han igualao./ Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,/ da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón”. A ver, una querellita para Santos Discépolo, que en paz descanse. Pero qué oportuno.