Dicen los expertos en Derecho Penal que no se pueden difundir sin autorización las conversaciones grabadas a alguien sin su permiso, y mucho menos para utilizarlas para un fin espurio, como una trama político-mediática montada para tratar de desacreditar una investigación judicial, como cada vez es más palmario. Lo hizo Soria entregando la grabación al grupo Intereconomía, y lo volvió a hacer este lunes el PP al enviar por correo electrónico a casi todos los medios de comunicación de Canarias fragmentos muy bien apañaditos de esa misma conversación. Desconocemos cuántas emisoras pueden haber hecho uso de esas grabaciones jugándose el bigote mismamente, pero tenemos confirmado que lo hizo la mañana de este martes la radio autonómica en un especial informativo que no tuvo desperdicio alguno.