Ya hace quince años que falleció de cáncer aquel empedernido fumador que fue Fernando Sagaseta, y por fortuna hay mucha gente que no lo olvida. Luchador por las libertades, abogado, ajedrecista, inquieto pensador, revolucionario, inconformista, apasionado polemista, su memoria aún está fresca en muchas personas que trabajaron con él en el campo del derecho y en el de la política. Fernando da nombre a una plaza en el paseo de Las Canteras y a un instituto en el valle de Jinámar, donde este miércoles, a las 12.00, se descubrirá un busto en su recuerdo. La escultura ha sido amorosamente realizada por la abogada y profesora del IES Fernando Sagaseta Cristina Vasallo. Otro veterano de la izquierda, Toni González Viéitez, hará una semblanza de Sagaseta en un acto que servirá para recordarle y renovar algunos retos todavía pendientes de alcanzar. Con lo que ha llovido.