Sobraron algunas explicaciones pormenorizadas lanzadas por José Calero, especialmente aquellas que se refirieron a qué funcionaria del club hizo las correspondientes llamadas telefónicas para tantear a Samways. La orden de que se produjeran esas llamadas la dio el presidente de la entidad, y la funcionaria que ejecutó el encargo no es más que un instrumento del club. Por lo tanto, quien llamó fue el club. Parece evidente para todo el mundo menos para Calero, que desveló el nombre de la funcionaria y los pormenores de las gestiones, lo que debe estar animando enormemente a los trabajadores de la UD Las Palmas a cumplir con los encargos que reciben: siempre podrán tener sus minutos de gloria gracias a los relatos imprudentes e innecesarios de los consejeros. Lo prolijo de la descripción y la miopía que siempre suele venir a continuación hasta animó a un comentarista radiofónico a poner bonita a la funcionaria, “a ver quién es esa señora para hacer fichajes...” Portentosa profesión esta.