Si es usted ciudadano de Firgas y le interesan las cosas que ocurren en su Ayuntamiento, prívese de acercarse a un pleno municipal porque puede salir espantado. Eso mismo le ha ocurrido a un vecino que nos ha descrito, con todo lujo de detalles, cómo vivió el primer pleno firguense de su vida. Fue un pleno memorable que no pudo ser presidido por su alcalde porque no llegó a tiempo a la sesión tras una noche muy ajetreada, pero su sustituto no estuvo nada mal. De entrada prohibió a este vecino grabar la sesión, lo que ya constituye un disparate dado el carácter público de la misma, pero no conforme con tan pintoresca decisión, mandó ponerlo en la calle. La razón esgrimida fue de peso: “Ni al secretario ni a mí nos da la gana que usted grabe esto”. Olé.