El segundo escenario de conjeturas en el que nos hemos de colocar para analizar las declaraciones de nuestro presidente con la Cadena Ser (desde Lanzarote, donde compite en popularidad y equipación deportiva con Rodríguez Zapatero) se encuentra en las conversaciones telefónicas intervenidas en el marco de la Operación Edén. En ésta se investiga la actuación del alcalde de Arona, Berto González Reverón, de varios cargos y técnicos municipales y algunos empresarios en relación con presuntos hechos delictivos relacionados con el urbanismo. En una de esas conversaciones interceptadas al alcalde aparece una llamada del presidente del Gobierno canario pidiendo al regidor una ayudita para una sobrina en trance de opositar a la Policía Local. Pero no es Paulino el que tiene el teléfono pinchado, sino su correligionario y alcalde, pero ya se sabe que hay llamadas que las carga el diablo. Y no vale decir que, por tratarse de una conversación no relacionada con el caso principal (el delito de corrupción urbanística), no haya de tenerse en cuenta, y mucho menos calificarla de “ilegal”. ¿Suficientemente confundidos?