Román Rodríguez no ha dejado de enviar mensajes a los suspendidos del PSOE tinerfeño con el engó de que, si cuadraran los números, indirectamente podrían colaborar a que el próximo presidente de Canarias sea José Miguel Pérez. Ese es el mensaje a los de allí, porque a los de Gran Canaria se les dedica otra música y otra letra. Desde el Sur al Norte, incluyendo en el Norte la capital grancanaria, el ex presidente lo está negociando todo con casi todos. No descarten incluso que hasta la retirada de Francis Candil de la primera línea de fuego municipal tenga muchísimo que ver con la conveniencia de colocar en ese puesto a alguien que no ofrezca dudas a los potenciales socios. Y entre ellos destaca sobre los demás el PP. Román no se esconde a la hora de elogiar sus buenísimas relaciones con José Miguel Bravo de Laguna, lo que acrecienta la deriva hacia un pacto con el PP en el Cabildo compartiendo machito a cambio de un posible apoyo al PP en el Ayuntamiento, dejando fuera en ambos casos a los socialistas. Rodríguez descalifica a sus actuales socios por supuestos pactos con CC, cuando él va cerrando los suyos, mientras el PSC se dedica a jurarle lealtad eterna, salvo en el caso de que el 22 de mayo las sumas y las restas no den mucho de sí.