Pero de la retahíla de escándalos que el senador Díaz Tejera ha atribuido a José Manuel Soria nos llama poderosamente la atención el del viaje del salmón, en el que el socialista se detuvo particularmente este viernes. Se trata de un asunto que no tuvo que ver con el paso de Soria por el Ayuntamiento y sí por el Cabildo. Un escándalo destapado por un periódico y por un periodista que no gustan nada al senador por considerarlos poco consistentes e incapaces de contrastar lo que publican. Debemos entender que ahora le viene bien, sin embargo, que fuera ese periódico y ese periodista quienes descubrieran el escándalo hace tres años y lo denunciaran ahora ante la Justicia. Por cierto, que dado el asombro que hoy conduce a Díaz Tejera a pedir la dimisión del vicepresidente del Gobierno, bien pudo en su día interponer la correspondiente denuncia ante los tribunales por alguno de esos pufos, que para eso es juez en servicios especiales y sabe de eso un rato largo.