Las obsesiones de Soria contra los desafectos le han conducido en demasiadas ocasiones a tirarse a la peligrosa piscina del periodismo mercenario. No sólo a través del Grupo Intereconomía, tan dado a poner la mano a cambio de esos apoyos inquebrantables. También el periódico El Mundo se ha prestado al juego mentiroso del ministro de Industria, con los escrúpulos marca de la casa a cambio de viejos favores en forma de marquesinas encargadas a Ágatha Ruíz de la Prada o premios Canarios en el Mundo, financiados a todo trapo con dinero público de instituciones controladas por el ministro canario. Periodistas como Fernando Lázaro, de El Mundo, son habituales de las filtraciones interesadas, torticeras y falaces de Soria y sus satélites, filtraciones disfrazadas de grandes investigaciones periodísticas que en realidad eran indiscreciones que nadie pudo sospechar jamás que pudieran partir de magistrados hechos y derechos con acceso, por ejemplo, a lo que se debate en la Sala de Gobierno de los jueces de Canarias. Periodistas con relaciones muy estrechas con fuentes de primer orden como el portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura en Canarias, Salvador Alba, que acaba de abrirse una cuenta en Twitter. ¿Saben quién figura como primera persona a la que sigue el señor Alba? Sí, Fernando Lázaro. Y ¿saben cuál es el primer seguidor en Twitter que tiene el señor Alba? Pues sí, el señor Lázaro, experto en informaciones conflictivas del señor Soria.