La llegada de Sánchez-Simón al Puerto fue seguida de varias algaradas mediáticas con las que algunos trataron de justificar que se removiera de la Autoridad Portuaria a Emilio Mayoral, que estaba poniendo orden en aquel berenjenal. Esas algaradas contenían algunas acusaciones, que luego se demostraron falsas, de condonación generalizada de cánones y tasas a los amigotes, y como no pillaron cacho por arriba, trataron de hacerlo a través de Bordes y Adan. El expediente abierto a ambos profesionales tiene alguna lagunas curiosas, empezando por que Miguel Ángel Adan entró en el organismo en diciembre de 2005, cuando la presunta prescripción negligente de la que se le acusa se produjo en marzo de ese año. Lo tenía difícil, el pobre. Pero es que, además, las tasas de la polémica que no se cobraron a OPCSA han estado siempre rodeadas de continuos recursos ante el Tribunal Económico-Administrativo con sentencias favorables a la parte contribuyente que terminó en una reforma legal en 1999 para regularizar una situación anómala por la que se colaron esos recursos.