Además de Adán Martín y José Manuel Soria, tampoco se constituyó en el cóctel de Nogal Metal la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Pepa Luzardo, ni las fuerzas vivas del Puerto, con Germán Suárez a la cabeza. Por la parte socialista, muchas caras y todas ellas preocupadas con el atentado terrorista que se acababa de producir. No acudió Jerónimo Saavedra, que ya estaba de vacaciones en su casa de Mazo, en La Palma. Pero tampoco acudió el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, que había confirmado su asistencia. Desde su entorno se llegó a comentar que su baja se debía al atentado, con el que nada tiene que ver su departamento, y con que sufría una gripe de la que también se repuso rápido. Vincular atentados a la asistencia a actos públicos equivale a una alarma innecesaria, a no ser que se esconda que alguien entiende esos encuentros como de complicidad con la oligarquía dominante. Por ese camino no se llega a la presidencia, a no ser que cambie la realidad. O se cambie de asesores.