José Manuel Soria tiene unos derechos como diputado que nadie puede negarle, estaría bueno. Es representante de los ciudadanos en el órgano de representación de todos los canarios, pero no es el único que puede representar a su partido en la comisión de investigación eólica. El PP tiene un amplio ramillete de señorías que estarían encantadas de ocupar un puesto en tal comisión, de la que Soria no forma parte. Ha forzado una sustitución para ejercer de inquisidor de los que tengan la osadía de poner en entredicho su honorabilidad y la de su familia, particularmente la de su hermano Luis. Maldita la hora en que lo puso de consejero de Industria, se estará diciendo el pobre. Pero Soria no ha incurrido en esa única incompatibilidad, la de ser juez y parte en un órgano político.