No ha aprendido de sus propios errores la compañía Spanair, que habría de tener para con los usuarios de Canarias una especial sensibilidad por razones que a nadie se le esconden. Este domingo, por problemas técnicos no revelados, su vuelo de las 13.00 Madrid-Gran Canaria sufrió un retraso de tres horas que afectó con la misma demora el vuelo de las 22.05, que se retrasó hasta las 00.45. Lejos de facilitar las cosas de los cabreados clientes, bien proporcionando alternativas a través de compañías hermanas (como Air Europa, a la que recurre en momentos de incapacidad propia), o bien habilitando un avión que cubriera el vuelo de las 22.05, engañó a los usuarios con informaciones incompletas y sesgadas para que no se indignaran en demasía. Pretendió que pagando unos bocadillos a las 21.30 y contando milongas se apaciguaran los ánimos y no hubiera muchas reclamaciones. El personal no reclama, pero hace bueno aquello de que Spanair “es pa' no ir”.