Parece como si de un tiempo a esta parte se hubiera desatado en cierto sector del movimiento empresarial grancanario una suerte de caza del zorro con especialidad en aquel ejemplar que presenta pelaje plateado y responde al nombre de José Miguel Suárez Gil. Los más expertos en este tipo de repentina afición cinegética aseguran que se veía venir una vez el amo de la finca empezó a percatarse de que aparecían muchas plumas sueltas y no quedaba rastro de la gallinácea. El dueño de la finca, Ángel Luis Tadeo, dice que hace tiempo que le agradeció con creces los servicios prestados, aquellos que consistieron en apoyarle para ser presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, que es donde se representa este acto final de una larga trayectoria de asociacionismo empresarial al que aún le quedan algunos minutos de aparente esplendor antes de caer en el más grotesco de los epílogos.